miércoles, 18 de febrero de 2015

Tu propio negocio: ¿El emprendedor nace o se hace?

Uno de los grandes impedimentos para que una persona se decida a iniciar su propio negocio es precisamente el hecho de que piensen que necesariamente se trata de algo innato, que un emprendedor trae esto en la sangre, olvidando un aspecto básico del emprendedurismo: El ser emprendedor no es una característica o facultad, es una actitud. A continuación explicamos lo necesario para que comprendas mejor, si un emprendedor necesariamente lo trae en la sangre o si no es necesario ser un genio empresarial para buscar mejores horizontes económicos y personales. Las ideas son siempre el motor de arranque del emprendimiento, la cúpula contemporánea del desarrollo de la humanidad es precisamente su capacidad de crear, aprender y retomar conceptos por reformular. Millones de personas alrededor del mundo, pese a encontrarse en un entorno de desarrollo en conjunto buscan cada vez más sus propios métodos de superación personal. Sin embargo, la realidad observable para países en vías de desarrollo, supone un reto para las mentes creativas de sus integrantes.
Al observar el crecimiento de inmensas empresas y corporaciones que están latentes en cualquier recoveco económico y mercadológico, las oportunidades para la generación de vacantes se cierra, pero la oportunidad para la iniciativa propia nace. Es entonces cuando una persona atrapada entre el torbellino sociopolítico y de empleo, equiparada con unas necesidades que se intensifican cada vez más con la creciente oferta de estilos de vida, que surge la inevitable pregunta. ¿El emprendedor nace o se hace?




Teniendo claro que tenemos por concepto de emprendedurismo “un proceso mediante el cual las ideas se convierten en proyectos, mediante el surgimiento de una necesidad de subsistencia y/o de superación”; es primordial identificar en primera instancia el punto de partida para que el emprendimiento exista.

Necesidad:Inicialmente las motivaciones pueden ser variadas, sin embargo existen dos posibles ramas que inciden en mayor medida como una motivación o detonante inicial.
Para comenzar una persona tiene necesidades, estas necesidades generalmente buscan ser suplidas mediante la obtención de un trabajo que las sustente, tanto para el individuo como para sus círculos cercanos. Esto lleva cada día a que millones de personas alrededor del mundo busquen un empleo; en la mayoría de nuestros países, estas oportunidades están limitadas por varios factores, entre ellas, el grado educativo de la población, el exceso de demanda laboral, las crisis económicas, entre otros factores.
La segunda motivación es la búsqueda de superación personal, una vez suplidas las necesidades básicas laborales, los individuos buscan una mayor y mejor posición que les permita tener un mejor estilo de vida, sin embargo estas oportunidades generalmente se ven mermadas debido a la excesiva demanda laboral que busca ubicar individuos en puestos definitivos y que pocas veces permiten un crecimiento dentro de las instituciones.
Con claridad sobre lo anterior podemos notar que para salir de esta prisión personal y a falta de oportunidades las personas deben hacer algo al respecto para suplir dichas necesidades. Esto conlleva a identificar las oportunidades fuera de la influencia de las grandes corporaciones, o bien generarlas de cero dentro de las mismas, lo cual conlleva a la creación de ideas.
La generación de ideas es algo innato del ser humano, además, tenemos la capacidad de llevarlas a cabo. Una persona para ser emprendedora debe tener la capacidad de crear, y ésta última es una capacidad innata, por tanto, en este sentido: un emprendedor ya nace, ya sea para sobrevivir o bien para vivir mejor.




¿Entonces un emprendedor es solamente nacer y responder ante una necesidad?
Momento… Lamentablemente no siempre las cosas funcionan de forma esperada cuando actuamos sin un método que nos permita organizarnos y tener una visión de hacia dónde vamos y de dónde venimos. Este problema, conlleva a que muchas veces las personas actúen únicamente por instinto o por sus experiencias, que si bien pueden ser factores importantes al iniciar un camino hacia el éxito no son determinantes, y del mismo modo en que un golpe de suerte puede llevar a una victoria en el mundo de los negocios, “la Tortilla puede voltearse” y todo acabe en la basura, agudizando aún más el problema inicial.

Para continuar, recordemos que el emprendedurismo es también un proceso.
No solamente porque conlleva un camino del inicio hacia el éxito, o de la idea a la reformulación de la idea, sino porque en sí mismo, es necesario conocer ciertas pautas que facilitarán muchísimo la tarea salir adelante.
El emprendedurismo en sí mismo surge de una mezcla entre nuestras capacidades humanas de ser creativos y proactivos, las motivaciones que parten de nuestro entorno y finalmente la búsqueda por parte del emprendedor de conocimientos constantes que le permitan brillar tanto al intentar un nuevo negocio o al desarrollarse mejor dentro de su propia empresa. Todo lo que hace falta es la actitud, ser humano, y desear más de uno mismo.


“Una espada surge sólida en la mena de hierro, la mena puede ser usada para golpear, pero para que el hierro se convierta realmente en arte, filo y destreza; deberá ser forjada y moldeada. Sólo entonces será un arma peligrosa”

Así que no lo principal sobre el tema es: el emprendimiento todos podemos llevarlo acabo, lo que se necesita es una motivación, imaginación y el deseo de empezar. Lo suficiente como para que nos esforcemos en aprender un poco más sobre el tema, sus procesos y decidirnos a actuar.
-Luis Carbajal
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