¿Cuántas veces nos hemos encontrado en terribles dilemas existenciales por un amor? ¿Cuántas veces nos hemos visto desprovistos de nuestra felicidad, de nuestras esperanzas y orgullo por una persona que consideramos que vale la pena? ¿Cuántas veces te has sentido estúpido o que el mundo es estúpido y a pesar de ello reincides en el mismo abismo olvidando todo lo que aprendiste antes?
Dudo que alguien que haya pasado de la mayoría de edad, no haya atravesado alguna vez por los penosos senderos del desamor. Y es que no es para menos, los seres humanos buscamos siempre idealizar nuestras vidas.
Muchos, y me incluyo en ello, pensamos alguna vez que de alguna forma, un dharma celestial propuesto por el universo nos destina aquello que más apreciamos si nos sacrificamos lo suficiente por su bienestar. He aprendido que no hay nada más lejos de esta realidad.
En mi opinión, las personas idealizamos demasiadas cosas, incluso el amor, el afecto, esto no es de extrañar, puesto que la sociedad misma nos limita lo que es correcto en cuanto al afecto y lo que es incorrecto con respecto al mismo.
Basta con trasladarnos al contexto de países islámicos, donde la visión de la realidad con respecto al tema es completamente diferente y donde la poligamia borra la limitación a los límites del corazón.
Por otro lado, darnos cuenta que vivimos en una sociedad en la que los medios de comunicación, a través de películas, series, novelas y noticias de famosos; nos pinta un amor idealizado, perfecto, maravilloso y mágico, que no es más que un montaje, un teatro lleno de titiriteros que venden al mundo la fantasía de la perfección. Plantar la idea de que tienes un alma gemela que resolverá tu vida.
Habrá personas que puedan decir que no todo el mundo piensa igual pero la verdad, casi todo aspecto del ser humano está dirigido hacia atraer a esa persona perfecta y maravillosa que esperamos conocer en beneficio de nuestras vidas. El dinero, el poder, el estatus; muy pocas personas en el mundo no ven detrás de esto un imán para su felicidad, el encontrar a ese alguien con quien compartirlo.
Pero lejos de las novelescas historias apasionadas detrás de los cuentos de hadas de Disney, la verdad es que el mundo es muy diferente.
Ojo, no digo con esto que no hayan buenas relaciones en el mundo, pero cabe destacar que estas relaciones viven mientras exista respeto por sí mismo dentro de ella. ¿Respeto por si mismo? En efecto.
Con el tiempo descubrí el peor veneno que pueda existir para una persona dentro de una relación. Ese algo que hace que el amor se vaya, que desaparezcan los sentimientos bonitos y mariposas en el estómago.
Este veneno es la dependencia de otra persona. Depender del cariño de alguien más para ser feliz.
Creo que que hay que comprender las relaciones como el suplir esa necesidad de afecto, pero pasa muchas veces que nos pasamos la línea y empezamos a dar todo de nosotros mismos. Esto es en realidad contraproducente en una relación.
Hay que entender algo y ser realistas, nosotros buscamos relaciones para nosotros mismos, así es el orden natural de las cosas, para sentir un apoyo, para recibir afecto; ser como quieren que seamos con las persona que queremos es lo ideal también.
¿Pero qué pasa cuando te das cuenta que la otra persona deja de actuar por si misma? ¿Qué ocurre cuando te das cuenta que la otra persona deja de remar para dejar todo en tus manos? ¿A depender de ti plenamente?
El problema es que las personas nos asfixiamos hasta el punto de alejarnos de aquello que nos ahoga.
Hay algo que mantengo y es que debemos ser con las demás personas como queremos que éstas sean con nosotros mismos.
Sabes, lo mejor que puedes hacer incluso, cuando alguien te gusta mucho, es no hacer todo por esa persona, dejar de pensar que atraes a alguien por darle todo cuanto eres por que no es cierto. Debes darte valor a ti misma o a ti mismo y empezar a amar para ti misma.
Si tienes problemas con alguien que no te hace caso, la verdad es que no debes poner tu vida en las manos de nadie, la vida es demasiado corta como para perderle en alguien que no valore lo que tú eres, y es que es verdad, cómo alguien puede valorar una persona que para comenzar no se valore a si misma, y ande por allí persiguiéndote producto de sus inseguridades, quejándose y lamentándose, rogando y llorando a mares.
En lo personal creo que no necesitamos de alguien más para estar completos por nosotros mismos, la verdad es que cuando veas una pareja, una relación o una amistad profunda, no es por que las dos personas dependan una de la otra, es por que son seres completos en sí mismos y disfrutan de la compañía del otro.
¿Qué mejor que disfrutar a otra persona en su plenitud? Alguien que valga por sí mismo o sí misma...
Espero puedas dejar tu opinión al respecto y podamos valorar distintos puntos de vista para discutir este tipo de temas.
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